Luciana y yo tuvimos un comienzo difícil, no fue la historia de amor a primera vista que la mayoría de mamás cuentan. Sin embargo, poco a poco, hemos escrito nuestra propia historia de amor.
El 19 de marzo del 2014, a las 7:57am, me convertí en mamá. En realidad, sumémosle 9 meses más a eso, porque desde el día que vi las dos rayas aparecer en la prueba de embarazo, ahí fue cuando mi corazón creció y me enamoré de ese bebé que crecía dentro de mí.
El embarazo de Luciana no fue planeado. Luis y yo llevábamos apenas 3 meses saliendo, cuando nos dimos la sorpresa. Recuerdo que esa noche por mi mente pasaron las palabras de Facundo Cabral: Tranquilízate, sálvate de planes porque la vida te llevará a donde te tenga que llevar.
Mi embarazo fue perfecto, sin complicaciones. Me imaginaba como sería cuando por fin conociera a Luciana. ¡Sentía una gran ilusión! Desde pequeña soñaba con ser mamá. Todos hablaban de cómo el corazón se te hace grande cuando ves a tu bebé por primera vez, “es amor a primera vista”, me decían.
Luciana nació y yo estaba en una nube, entre la ilusión, las visitas, la carita perfecta de mi beba recién nacida. Sin embargo, eso cambio cuando Luciana tenia 3 días de nacida, y nos fuimos a casa. Fue entonces cuando empezó mi lucha contra algo que nadie menciona, algo para lo que nadie ni nada te prepara. La depresión postparto.
Recuerdo llegar a mi casa, cansada y adolorida, y ponerme a llorar desconsoladamente porque “nunca iba poder volver a dormir tranquila”. Creo que no deje de llorar durante los próximos 3 meses. Y no era un llanto normal. Era este tipo de llanto que te sale desde lo más profundo de tu ser, y no lo puedes controlar.
¿Cómo se siente la depresión postparto? ¡Es horrible! En mi caso, yo no me sentía conectada a Luciana ¡No me lograba conectar! Es horrible, yo sé, y eso me hacía sentir culpable y mala mamá. Sufrí en silencio durante muchos meses.Ponía buena cara en las fotos, cuidaba a Luciana, le daba de mamar, la bañaba… Pero no lograba sentirme conectada con ella ¡Seguramente había algo malo conmigo! Así pasaron 1, 2, 3 meses. Al cuarto mes dije ¡No más! Necesito ayuda. No era justo conmigo, ni tampoco con Luciana. Estaba segura que ella podía sentir lo que yo estaba pensando.
A nadie le gusta hablar de eso, pero programé una visita con el psiquiatra, quien con tan sólo escucharme hablar durante algunos minutos, me explicó que yo no era una mala mamá, que no había nada malo conmigo. Que lo que estaba ocurriendo era algo muy común en madres que acaban de tener a sus bebés, y se llamaba depresión postparto. En mi caso, fue necesario recetarme un medicamento para regular los químicos en el cerebro, el cual es compatible con la lactancia.
Obviamente los medicamentos no son milagrosos, pasaron varias semanas y yo continuaba sintiéndome mal. Pero poco a poco, la vida empezó nuevamente a pintarse de color. Todo parecía más lleno de luz. Poco a poco empecé a salir del hoyo en el que me encontraba ¡Y por primera vez, disfruté de mi preciosa bebé!
Actualmente, Luciana tiene 3 años y medio. Y puedo decir sin duda que es la bendición más grande que la vida nos pudo haber dado. Tuvimos un comienzo difícil, no fue la historia de amor a primera vista que la mayoría de mamás cuentan. Sin embargo, poco a poco, hemos escrito nuestra propia historia de amor.

¿Qué si me arrepiento de algo? Claro que sí, me arrepiento de no haber pedido ayuda antes, y de no haber disfrutado esos deliciosos primeros meses con mi beba recién nacida. Pero eso es ya historia pasada.
Esta pequeña personita, llena de personalidad y carácter, se ha convertido en mi mejor amiga. Ilumina nuestros días, nos alegra la vida. Claro, la vida de mamá es cansada y estresante, pero nada se compara con el amor que estas almas puras nos enseñan a sentir. Amor puro y sincero. Amor de mamá.
Q bonito post!, Yo también lo pasé y es horrible!!! por eso creo que me subí de peso :(, pero hay q dar gracias a Dios por esos peques q nos envía :). Te felicito! Y mucho ánimo!!!!!